Las personas con discapacidad no tienen por qué querer deshacerse de ella, es decir, no tiene por qué verla como un estorbo o una molestia. Es cierto que a veces impide realizar una vida normal pero es mucho mejor para ellos mismos, llevarlos de la mejor manera posible en vez de crear una continua lucha.
Si dedicamos el tiempo suficiente a ver la discapacidad como todo lo contrario, nos será mucho más sencillo ayudar a quienes conviven con ella en su adaptación e inclusión en el mundo actual. Y además, probablemente, tendrán una mayor autoestima que les permitirá llevar una vida plena y feliz.
Existen personas extraordinarias que nos pueden hacer mostrar nuestros puntos fuertes, expresar nuestros miedos y complejos y ayudarnos a salir del pozo en el que nos encontramos. Como docentes debemos ser esas personas, debemos saber ver las cualidades de estos niños y niñas para poder ayudarles a transformar su dolor y acabar con el.
Estrella Martínez.
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